Sociedad y Cultura

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Artesanía Típica de La Zona


La artesanía sureña se caracteriza específicamente por el uso de piedras, gredas, telas y diversas maderas. En La región de los Lagos, Chiloé es dónde se fabrica la mayor parte de estas obras, las cuales son fabricadas en telares y utilizando lana de oveja, además de la fabricación de cestos en base a fibra de quilineja. La artesanía también ha sufrido la influencia de algunas tribus originarias chilenas, por ejemplo, la tribu Mapuche. A continuación, algunas fotos de la artesanía típica de la zona:

Feria Artesanal de la calle Del Salvador







Cultrún hecho en diversas telas







Vasijas de greda y mimbre






Trabajos diversos en telares y maderas en la calle Techada







Vasija de greda envuelta en cueros de vaca









Telares diversos con diversos temas mapuches





Se pueden apreciar grandes elementos culturales en estos trabajos realizados por artesanos de la zona, ya sea desde símbolos que representan a alguna tribu, artículos útiles o preciosos y diversos tipos de adornos.

Artículo: Sebastián Legüe Villar
Fotos: Catalina González Weisser, Bárbara Barrientos Ávila __________________________________________________


"Cuando los países se desmoronan y se caen lo único que queda de ellos es la cultura, por eso es tan importante. Un país sin cultura va a la desaparición. Creo que hay que dedicar un capital a la cultura, crear productos útiles para el ser humano, tanto para su consumo como para su conciencia."
                                                                                         Alejandro Jodorowsky


Gastronomía típica de la zona

La tradición culinaria de Chile se caracteriza por tener elementos Huilliches e influencias de los colonizadores españoles. Así mismo ciertas recetas se han mejorado con el tiempo gracias al  aportes de nuevos ingredientes de la cocina chilena. En el caso de nuestra ciudad  es fundamental la gastronomía alemana ya que los inmigrantes no sólo lograron ocupar lugares deshabitados si no que también establecieron su exquisita cocina, especialmente las preparaciones dulces.
La historia cuenta que a través del tiempo, las abuelas lograron cosechar un vasto conocimiento de cada receta de kuchen. Ellas guardaban celosamente las recetas y en forma secreta las transmitían a sus hijas y nietas, lo que representaba un tesoro familiar.
Cada familia tenía su propia forma de preparación de kuchen y en las fiestas era todo un desafío elegir quién llevaba el postre más delicioso.
evalecido a lo largo del tiempo y se caracteriza

Reportaje recomiendo Chile “sabores del Llanquihue” :


En este reportaje de recomiendo chile se ven reflejados nuestros sabores y personas que siendo de diferentes culturas buscan lo mismo, rescatar y perpetuar sus tradiciones a través de la gastronomía  ya que han podido conservar recetas de sus antepasados y mantenerlas intactas a lo largo del tiempo . Tenemos un territorio fructífero con una gastronomía exquisita de la cual no nos queremos desligar.



Artículo: Catalina González Weisser, Bárbara Barrientos Ávila
Video: Tierra Adentro,Canal 133

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Contexto previo a colonización alemana

Corría mediados de siglo xviii y las lejanas zonas del sur de Chile poseían escasa escasos asentamientos. En su mayoría eran habitadas por indígenas que se distribuían en Chiloé, en los alrededores del río Maullín y en la caleta de Melipulli (actualmente Puerto Montt). Éste último era el más cercano a nuestra ciudad y contaba con alrededor de 200 personas que en su mayoría navegaban desde Chiloé hasta la caleta para mariscar pero sobre todo, para talar alerces y obtener tablas y tejuelas.  A pesar de que los alrededores del lago Llanquihue habían sido explorados por algunos nativos , no eran habitados ni visitados  por el temor que le tenían a los volcanes, a las creencias acerca de la existencia de monstruos y porque corría el rumor de que fantasmas malignos tenían embrujado el lago y dominaban la región. Era tal el desconocimiento que el lago Llanquihue recibía diversos nombres en mapudungún, como Quetrupe, Purailla o Hueñauca (rayo).
El año 1842 el alemán avecindado en Chiloé, Bernardo Phillipi, atraído por las historias sobre el temido lago decide ir a explorarlo bajo el apoyo del intendente de Chiloé. El 27 de enero del mismo año  llega a la bahía de Melipulli acompañado de lugareños conocedores de la zona y extranjeros con quienes atravesó una pantanosa selva abriendo camino a golpe de hacha hasta llegar a las riveras del lago Llanquihue. El grupo empezó  a recorrer la costa oeste en dirección a lo que hoy es Puerto Varas, en donde se detuvieron a recoger muestras de la fructuosa vegetación y continuaron su recorrido en balsa hasta llegar a las orillas del río Maullín, después al sector de alerce quemado y a un campamento de hacheros hasta retornar el 6 de febrero a su punto de inicio, Melipulli, en donde fueron recibidos por indígenas y españoles que los habían dado por muertos.
 Posterior a toda la travesía de Philippi, el alemán transmite la idea de traer inmigrantes alemanes a las zonas deshabitadas y seguir con la colonización que ya se había iniciado en la provincia de Valdivia el año 1946 mediante la ley de colonización. Así, convenció al gobierno de formar en 1853, el "Territorio de Colonización de Llanquihue", limitando al norte con la provincia de Valdivia y al sur con la provincia de Chiloé, abarcando el seno de Reloncaví.

Influencia indígena desde la colonización  hasta la actualidad

Si bien es importante mencionar que nuestra comuna fue fundada  por inmigrantes alemanes que con mucho sacrificio lograron insertar a nuestra región en la industria y  economía chilena, nada de esto hubiera sido del todo próspero sin la ayuda de lugareños que  ayudaron a conocer e introducir a los europeos en bosques y lugares inhóspitos en donde más tarde construirían sus hogares y adaptarían las tierras para el trabajo agrícola.
Además el componente indígena en nuestro país es inherente y se remontan a nuestros orígenes.

Algunas costumbres que prevalecen en la sociedad actual

El Yoco: Es una comida chilota que consiste en carne cocida en manteca,  papas, sopaipillas, roscas y prietas. Se preparaban en la matanza del chancho, y se compartía con los vecinos o con amigos, esta tradición data de entre los años 1940 y 1960.

La Minga: Costumbre en que el dueño de una casa solicita ayuda a varios vecinos para realizar en un día determinado un trabajo específico, cuando el trabajo termina, el dueño de la casa prepara una fiesta para todos los colaboradores.

Sopaipilla: Es un plato gastronómico típico de las zonas del sur chileno, se venden principalmente en invierno

Quinchos: Al principio eran estructuras de madera y paja que los indígenas usaban como refugio, ahora son conocidos como establecimientos de reunión social en dónde grupos cercanos de personas hacen asados.

Artesanía: La artesanía sureña se caracteriza por ser trabajada en fibras vegetales y animales, madera, piedra y arcillas. Un ejemplo típico del sur es la cestería con fibra quilineja proveniente de Chiloé.

Artículo: Catalina González Weisser, Bárbara Barrientos Ávila, Sebastián Legüe Villar

Bibliografía: "Ocupación, arquitectura y paisaje región de los lagos" de Lorenzo Berg/Gian Piero Cherubini, "Puerto Varas capital del lago Llanquihue" de Eduardo Tampe, y "Llanquihue, entre lagos y ríos" de la O.N.G. y la corporación cultural ciudad de Llanquihue


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“Caminando por las húmedas calles de Puerto Varas, voy observando con delicadeza miradas perdidas dentro del gran ruido de la ciudad. De pronto, me detengo en unos ojos forasteros que despistadamente se pausan a admirar el pequeño lugar al cual la vida los ha traído, percibo en su expresión ansias de indagar en este nuevo paisaje, un paisaje bañado de sutileza y concordia que con aires de suntuosidad lo seduce lentamente hasta envolverlo en un fascinante viaje sin retorno. Pero hay algo que esta engañosa brisa no ha querido contar a su invitado, no le ha contado que  Puerto Varas también tiene lados amargos, que dentro de la hermosa ciudad  por la cual él camina hay un pequeño mundo rezagado y menos preciado que alberga a cientos de personas que quizás con menores riquezas materiales pueden lograr enseñarnos la belleza desde otro punto de vista.”

Precisamente, nosotros queremos descubrir esa belleza invisible ante los ojos de los demás, ese Puerto Varas ignorado por muchos años. Queremos investigar las dos caras de la moneda, las dos realidades sociales de nuestra ciudad y así, poder demostrar a cada visitante y a todos nuestros ciudadanos que Puerto Varas tiene mucho más para dar a conocer.

                                                         "En el mundo en que vivimos
                                                                existe una sociedad
                                                             que a veces nos engaña
                                                                y no nos deja soñar"

Artículo: Catalina González Weisser, Bárbara Barrientos Avila
Fotografía: Sebastián Legüe Villar
Poema Final: Lizeth González

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